sábado, 19 de julio de 2014


EL LIBRO Y EL NIÑO
Aristo era un niño muy curioso, que siempre esta escudriñando las cosas del abuelo.
El cual llega encontrar un cofre antiguo, sorprendido por tal hallazgo, forcejea el cofre y logra abrirlo, sus manos se arremeten dentro y saca cada una de las cosas que encuentra, ahí ante sus ojos,  ve en lo más profundo del cofre un libro tan grande que  ocupaba todo el cofre, y para sacarlo, se debe esforzar mucho ya que era grande y pesado, logra sacarlo y lo más pronto posible lo lleva donde su mama a preguntarle.
Aristo – mamá mira lo que encontré en el cofre del abuelo.
Mama – hijo con cuidado eso es  muy pesado y grande, no te vayas a lastimar.
Aristo – no te preocupes mama, soy fuerte y ¿qué es esto?
Mama – es un libro antiguo, solo que es más grande.
Aristo – se puede leer como los libros de la biblioteca.
Mama – si Aristo.
Aristo -  entonces me iré a la biblioteca a leerlo.
La curiosidad lo lleva a Aristo  a la biblioteca para limpiarlo y  ver como es el libro, por fuera como por dentro de la pasta, revisándolo nota que tiene hojas gruesas, y letras comprensibles pero raras y se pregunta.
Aristo -  ¿Qué libro más extraño?
                 ¿Qué?, ¡es un libro!
  De un momento a otro el libro se comienza estremecer, y se escucha un bostezar que sale del propio libro, se levanta y dice:
Libro – que buena pregunta chico.
Aristo – (asombrado por tal suceso, entre tartamudeo pregunta)
                  ¿Quién eres tú?
Libro – soy un libro, pero, me puedes llamar Sócrates.
Aristo -  soy aristo, ¿pero cómo puedes hablar?
Sócrates – es la magia de la palabra, y tú pregunta me despertó del  letargo sueño y como nadie me pregunta nada y  no necesitaban de mi me puse a dormir.
Aristo – y tú puedes responder que es un libro.
Sócrates – claro soy un libro o no, ja ja ja ja.
Aristo – eso creo, mi mama me explico que un libro sirve para leer.
Sócrates -  vaya vaya, un libro no solamente sirve para leer, el libro es como si fueras tu.
Aristo – no, yo soy un niño, no un libro.
Sócrates – como que no, si somos parecidos.
Aristo – pero yo tengo papas y tú.
Sócrates – yo también tuve padre quien me educo y se llama Sócrates como yo, lee aquí en la primera página, está escrito su nombre en mi página. En ti también esa escrito su apellido.
Aristo – y como en mi pueden estar escrito, no entiendo, si no tengo nada escrito en mi cuerpo.
Sócrates -  te puedo decir que si, quizás no en la misma manera que yo, pero, se pueden reflejar en tu comportamiento y actitudes, en tu forma de reír, mirar, enfadarte, etc.
Aristo – pero no tengo hojas.
Sócrates – pero tienes cuerpo.
Aristo – no tengo pasta.
Sócrates – pero tienes ropa, edad, y mucho que conocer.
Aristo – quieres decir que a mí me pueden leer como a un libro.
Sócrates – a si es amado, cuando tus padres te observan, al realizar alguna tareas, al curiosear o investigar, hasta las travesuras que puedas hacer, tus padres hacen una lectura de tu aprendizaje.
Aristo – no sabía que me podían leer así y ¿Cómo me escribo?
Sócrates –  te  escribes, en el momento que vas aprendiendo  y utilizando las cosas que lo interiorizas, como; hacer las cosas correctamente, hacer caso a tu padres, a tu profesor, aprender ser responsable, solidario, a compartir, respetar, ser el mejor en las cosas que haces, etc.
Aristo – entonces tratare de escribirme y ser el mejor para que mis padres se sientan contento y ¿Cómo borro cuando me equivoque en algo?
Sócrates – fácil, solamente sigue intentándolo hasta mejorar, será la mejor manera de borrar lo malo.
Aristo – gracias, no pensé que podría hacer todo eso, ahora entiendo que soy como un libro  en blanco y que depende de mí, gracias amigo Sócrates.
Sócrates – podrás escribirte, reescribirte, hasta inventarte, dependiendo de cómo  vas madurando.
Aristo – me escribiré en versos, quizás en poemas o más aun en canción para deleitar a mis padres.
Sócrates – recuerda esto aristo;
Soy el libro, lo abstracto hecho concreto 
Soy tu lectura, la plasmación de tus inquietudes;
Sentimientos, investigaciones, de tu vida, de la genialidad, locuras, fantasías y sueños plasmados como escritos en estas páginas.
Quizás en diversos  idiomas, en diferentes letras con dibujos o sin él.
Con colores fríos o cálidos 
Con diseños y tamaños comerciales.
Al fin y al cabo soy “el libro”
Que transmite tu ver de las cosas, del universo y de sí mismo,
Puedo tener días de vivencias o siglos de vida, como ser catapultado por unos y otros,
¡Sí, soy el libro!
Que te de alegría,
Que te hace suspirar y sonar,
El que te alimenta y retroalimenta el conocimiento,
¡Puedo ser tú o puedo ser el!
¡Puedo ser el padre de todos, como puedo ser el hijo de todos!
Quizás la herencia de la humanidad
Soy el alma, tu alma, oh el alma de alguien
Soy tu pensar, oh el pensar de alguien
En mi perduraras en instantes oh, por la eternidad.
Aristo – entonces, Sócrates, ¡yo soy un mundo! Y puedo escribir mi mundo, escribir  mi forma de pensar,
De lo que siento
De lo que veo
De lo que invente
Gracias amigo Sócrates y gracias por ser un buen consejero y  de tus experiencias  brindadas.

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3 comentarios:

  1. Esta historia en verdad me llamo la antención & muy aparte, me hizo acordar de mi abuelita :c pero bueno esta muy bonii

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  2. este post es muy bueno me ayudo a saber que socrtates era de la cultiura griega asi quie es muy sape

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